Las rosas arbustivas más recientes, a diferencia de algunas variedades antiguas, son muy floríferas y reflorecientes, es decir, emiten flores de forma continua durante la buena temporada, desde mayo hasta las heladas. Estas Rosas se clasifican de diversas formas, según el tamaño de las plantas (variedades de alto, mediano y bajo), el tamaño de las flores (flores grandes, medianas y pequeñas), la forma de las flores (dobles, semidobles o simples) a su color y otras características.
FLORACIÓN: Ocurre durante la buena temporada.
LUZ: La mayoría de los rosales necesitan al menos seis horas de exposición al sol para crecer y florecer.
AGUA: El riego debe ser regular, mantener la tierra fresca pero no blanda, mejor mucha agua de vez en cuando un poquito todos los días. Riegue al pie de la planta evitando mojar las hojas, para no favorecer el desarrollo de moho.
TEMPERATURA: Se adaptan a cualquier tipo de clima.
ABONO: Utilizar un buen abono, lo ideal sería abono bien maduro para incorporarlo uniformemente durante el trabajo del suelo.
CONSEJO: Utilizar cualquier tipo de suelo, siempre que sea permeable y fértil. Se multiplican por injerto al pie o, para ciertas variedades antiguas, también por esquejes leñosos de invierno. Haga una poda oportuna incluso durante el año para asegurarse de que la rosa se mantenga en buen estado de salud, vigorosa y bien equilibrada.
CURIOSIDAD: el origen de esta variedad de rosas, probablemente fruto de cruces ocasionales, no es seguro. Los rosales disfrutan de una notable difusión en los jardines para parterres y bordillos, gracias a la abundante y continua floración.
